Desde principios de la década de 2000, Microsoft Active Directory y sus aplicaciones asociadas han desempeñado un papel fundamental en la administración de TI. De hecho, las empresas de hoy en día aún dependen en gran medida de Active Directory para gestionar las identidades en sus entornos de TI.
A pesar de los avances en la tecnología, la política de contraseñas de Active Directory no ha cambiado durante una década. Como resultado, los administradores de hoy se ven obligados a encontrar formas de sortear las debilidades de esta política.
Y es que la política de contraseñas de Active Directory de Microsoft ya no es una opción viable porque:
- La política de contraseñas sigue el principio de “talla única”. A los administradores les resulta difícil establecer diferentes políticas de contraseñas para diferentes usuarios en función de su pertenencia a un grupo o OU dentro del dominio.
- La política de contraseñas no puede restringir el uso de patrones de contraseña comunes, como asdf, 1234 y qwerty, así como contraseñas incrementales como password1, password2, password3.
- La política de contraseñas no puede evitar que las palabras del diccionario o los nombres de usuario se usen como contraseñas.
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